Portada Anterior Siguiente Índice | 7. Medio ambiente y cosmovisión

7. Medio ambiente y cosmovisión


La presencia diaguita desde períodos precolombinos, a pesar de que con la llegada de los españoles se llamó reducto Huascoaltino, se ha constatado igualmente que su continuidad temporal y territorial en los últimos siglos. Así, la permanencia territorial y la resistencia cultural en cuanto a la adaptación ambiental, la reproducción socioeconómica de estos linajes indígenas en condiciones de restricción de espacios ecológicos complementarios, y la reproducción de la cosmovisión a través del mantenimiento de códigos culturales, son reconocidas en el espacio habitado[80]. Lo anterior ayuda a comprender -aunque hipotéticamente- la permanencia de pautas de arraigo ancestral respecto de la división social del trabajo que aún se observa en las familias del reducto indígena, y que se basa en que las mujeres y niños cuidan del ganado y el hombre efectúa los largos viajes de comercio y arriería. La labor de caza de guanacos hasta principios de siglo, era desarrollada por mujeres y hombres y, se mantuvo hasta hace pocos años cuando se prohibió su captura.

En cuanto a las características ambientales del territorio huascoaltino, segregado a inicios de la colonia del valle más fértil del dominio indígena-diaguita -El Carmen y San Félix-, debió probablemente generar una readaptación de la economía, desusando la agroalfarería para dedicarse a la caza, recolección, horticultura y ganadería de subsistencia en esta inmensa soledad cordillerana, entre las profundas quebradas donde se desarrollan las vegas, aguadas y los campos de pastoreo insertos en variados ecosistemas[81].

Los desafíos por seguir profundizando acerca de los huascoaltinos, permitirán dar respuesta a numerosas preguntas que constituyen una fuente insospechada de conocimiento para comprender la continuidad y cambio de la cultura de un reducto indígena diaguita que logro mantenerse como pueblo de indios durante el período colonial y que mantuvo su presencia durante los siglos XIX y XX. De igual manera, los trabajos de campo, los estudios arqueológicos e históricos sobre los diaguitas pre y protohistóricos, han entregado evidencias que permiten asegurar que los huascoaltinos, en su gran mayoría, son descendientes de diaguitas que conservaron un territorio ancestral. (Ver Mapa Nº 15)


[80] Las condiciones ambientales de la zona huascoaltina, se pueden definir con los siguientes antecedentes. La referencia climática más cercana son los registros de la cordillera de Doña Ana (30° S), donde los inviernos son húmedos y fríos (mayo a octubre), y los veranos son cálidos y secos (diciembre a marzo). A los 3.750 m. la temperatura media anual es de 4,3° C y julio es el mes más frío (-1,8° C.) y enero es el mes más cálido (9,9° C.). La precipitación media anual es de 242,3 mm con el 96% de ella caída durante el invierno como lluvia o nieve. Una característica que es común a las zonas áridas, es la gran variedad interanual en la cantidad de precipitación. En estas áreas son frecuentes los años “secos” y los años “lluviosos”, y poco frecuentes los años “normales” (con precipitación cerca del promedio).
La Eco-región altoandina se produce sobre los 2.000 metros, altura que abarca los límites de la Región arbórea. Sobre esta altura prácticamente no existen vegetales mayores que 50 cm. Como consecuencia de los derretimientos de las nieves a estas alturas, se forman vegas o veranadas, que son lugares muy húmedos donde crece abundante vegetación, la que se mantiene hasta otoño y donde son llevados los animales a pastar cuando escasea el forraje fresco en los sectores bajos.
[81] Niemeyer, Hans. “Descripción de la Hoya...” Op. cit. Molina, Raúl y Martín Correa. “Informe sobre la ocupación...” Op. cit. Arroyo MTK, et. al. “La flora de la cordillera...” Op. cit. Aldunate, Carlos, J. Armesto, Victoria Castro y Carolina Villagrán. “Estudio etnobotánico en una comunidad precordillerana de antofagasta: Toconce”. Boletín del Museo Nacional de Historia Natural Nº 38. Santiago. 1981. Y Castro, Milka; Carolina Villagrán y M. Kalin-Arroyo. “Estudio etnobotánico en la Precordillera y Altiplano de los Andes del Norte de Chile (18º-19º S)”. El Hombre y los Ecosistemas de Montaña. Vol. II. MAB-6. UNESCO. Montevideo. 1982.