La música y las danzas son manifestaciones que surgen de la necesidad del hombre de expresarse a través del movimiento y una experiencia espiritual y ritual. Se habla de los motivos espirituales caracterizados por el temor, peticiones o agradecimientos a la divinidad; de motivos afectivos o eróticos; del motivo guerrero para asustar al enemigo y autoexitarse para acometer la lucha, o del motivo ligado al festejo de la cosecha, nacimiento, muerte. Todo esto explica por qué la danza implica un mensaje, es significativa y tiene un contenido espiritual, además del estético.
Aunque no existen documentos que den a conocer la característica de la danza rapa nui, en la actualidad este publo se caracteriza por su grna alegría, sentido del ritmo y porque en sus fiestas está presente esta manifestación por sobre todas las demás.
Es evidente la influencia de lo polinécico en las actuales danzas a las que se han incorporado otras, como el tangho y el valz, pero con una particular forma de interpretarlo marcadamente rapa nui.
Sau Sau. En las fiestas el sitio de honor corresponde al Sau Sau, de orígen samoano, que los habitantes fijan la fecha de importación en los años ‘40, que en la isla ha tomado características propias. Durante la noche se organizan reuniones, en que se efectúa esta danza, en que las mujeres muestran toda su gracia y soltura, dentro de una movilidad cadenciosa, que acompañan con el movimiento ondulante de sus manos. En el Sau Sau, las parejas se unen y apartan con movimientos rápidos de caderas. En esta danza, en especial las mujeres, se ponen una vestimenta de plumas de colores, que conjuntos modernos de danza están introduciendo.
Ula Ula. Danza de orígen tahitiano, se baila en la Isla una reminiscencia del original, según el doctor Ramón Campbell. Danzando generalmente en ritmo de corrido vivo, las parejas acostumbran bailar separados, haciendo ondular especialmente las caderas en forma lateral, suavemente, y descansando los pies alternativamente sobre el talón y la punta de los dedos, con rotación de ellos. Las mujeres acompañan el baile con gráciles movimientos de los brazos, haciéndolos ondular en forma muy armoniosa, ya a un lado ya hacia el otro, imtando en muchas ocasiones el acto de peinarse los cabellos con una mano y contemplarse en un invisible espejo con la otra mano. Todo esto con una gracia y sugerencia muy femenina y cautivadora.