Bienvenido al Territorio Yagan. Aquí encontrarán información relevante sobre este pueblo originario.
El Territorio contiene cuatro temas principales: Pueblo (Historia, Gente, Lugar), Lengua (Uso, Palabras), Costumbres (Mundo Espiritual, Rituales, Creencias) y Arte (artesanías, música, literatura). También hay un Mapa Interactivo que hace un recorrido por el Territorio en forma animada. Los profesores y alumnos encontrarán todos los contenidos en textos e imágenes en página única que podrán imprimir para leer con calma.
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Las canoas eran el elemento más elaborado de la artesanía de los yámanas y su propiedad más valiosa, como que su vida dependía de poseerlas.
Placas de corteza cosidas entre sí eran mantenidas abiertas con una armazón de varillas de madera hendidas al medio y retenidas en posición arqueada por travesaños y por bordas de madera longitudinales.
El piso era reforzado con más placas de corteza y en el centro se confeccionaba una plataforma de tierra o guijarros, sobre la que se mantenía fuego siempre encendido. Las encargadas de remar eran habitualmente las mujeres, pero cuando era necesario también lo hacían los varones.
Salvo accidentes, solían durar seis meses a un año; la época habitual de confección era octubre a febrero, cuando la corteza podía ser desprendida de los árboles con facilidad.
Los yagan tenían ritos de iniciación similares a los de los kawésqar y los Chonos. Estos rituales se efectuaban cuando se juntaba un grupo significativo de jóvenes en edad de pasar a la adolescencia, y cuando había un excedente de alimentos suficiente como para interrumpir la búsqueda constante de sustento, propia de los pueblos nómades (una ballena varada, por ejemplo).
Según las observaciones de los cronistas de la época, enterraban a sus muertos al interior de cavernas y bosques.
Una verdadera escuela de costumbres, normas y conocimientos necesarios para la sobrevivencia de la comunidad, era el Chiejaus. Allí se aprendía un principio fundamental en la vida de los canoeros: «Nosotros, hombres y mujeres, ante todo debemos ser buenos y útiles a la comunidad».
Las mujeres yagan eran eximias fabricantes de cestería, para lo cual usaban juncos que entrelazaban hábilmente.
También se dedicaban a la recolección de moluscos. Además eran las que remaban mientras los hombres se dedicaban a la pesca.
Las mujeres se pintaban el rostro con tres colores: blanco, alrededor de los ojos, y el resto de la cara con líneas horizontales rojas y negras.
Ceremonias como el Chiejaus, tenían una pintura específica.
Hombres y mujeres usaban brazaletes hechos con cuentas de huesos de aves y conchas. Mientras los varones lo usaban sólo en los tobillos, ellas lo lucían tanto en las muñecas como en los tobillos.
En el mundo cotidiano, los mujeres yagan confeccionaban cestos, bolsas de cuero y vejigas, utilizadas como recipientes, además de lazos hechos de barba de ballena, según observó el cronista Bouganville.
Día = mólla
Estrella = apærnix
Fogata = tumölöxtæka
Luna = hanúxa
Lluvia = pælaxa (variante: pálaxa)
Niebla = háokà
Corazón = sæskin
Lobo dos pelos = tapöra
Lobo común = áma ['áma]
Perro = jesæla
Sangre = sápa
Agua = síma
Brazo = kamæn (variantes: kamön, kæme, káme)
Canoa = ánan
Ceniza = axuá (variante: ahuá)
Mujer = kíppa (variante: xíppa; híppa)
Hombre = yámana
Palabras comunes
Ama: Lobo marino corriente
Kéikus: Leopardo marino
Káluh: Extranjero
Ushipin: Bahía , caleta
Yasála: Perro
Sápa: Sangre
Sima: Agua
kaméin: Brazo
yeni: Canoa de troncos
Áfua: Ceniza
Hidabuan: Divinidad
Curipic: Espíritu maligno
Tápas: Vivienda
Kina: Rito que recuerda la época del matriarcado (ona)
Kipa: Mujer
Palabras y frases
Onashaga: Canal de los onas (Beagle)
Terri mankatash: Frío en todo el cuerpo
Pochaki tumalako: Echa leña al fuego
Maóla: Día
Ahpérnih: Estrella
Pusáki: Fuego
Hanúha: Luna
Paléna: Lluvia
Fóka: Niebla
Yagashana: Actual canal Murray. Thomas Bridges
Wákul: Cielo
Sáeskin: Corazón
Wahar: Vulva
El último Chiejaus se construyó en Assif, Isla Navarino, en abril de 1923. Allí, Masémikensh, profesor yagan, dirigió las enseñanzas a los jóvenes, antes de su casi total extinción.
El padre Martín Gusinde, etnólogo, fue el único hombre blanco invitado y como iniciado ushipin participó en la ceremonia.
Durante esta ceremonia, los yaganes cantaban para distraerse y ahuyentar al Yetahite, espíritu maligno enemigo de la realización del Chiejaus.
También golpeaban palos y ramas en las paredes del marma, para espantar al espíritu.
La danza era muy apreciada y se dejaba para el final de la noche. Cada baile recibía el nombre del animal al que imitaba.
«Los yaganes son verdaderos artistas en la representación de estos animales», dice Aureliano Oyarzún, quien presenció tal ceremonia.
Una verdadera escuela de costumbres, normas y conocimientos necesarios para la sobrevivencia de la comunidad, era el Chiejaus. Allí se aprendía un principio fundamental en la vida de los canoeros: «Nosotros, hombres y mujeres, ante todo debemos ser buenos y útiles a la comunidad».
Cada cinco años, se realizaba el Chiejaus, al que acudían los jóvenes púberes. Se realizaba en un marma o cabaña, cuyo tamaño dependía del número de padrinos, discípulos y maestros.
El lugar donde se levantaría el marma, era acordado por los jefes de familia con meses de anticipación.
Esta escuela yagan podía durar hasta cinco meses, ya que no tenía un tiempo predeterminado.
Procedían así: El director de la ceremonia pintaba su cuerpo de color blanco con rayas rojas transversales. Los participantes se adornaban con lunares y líneas de colores que representaban distintos seres sobrenaturales del mundo yagan.
La creación de todo lo existente se conocía como Watauiwineiwa. A pesar de no haber coincidencia al respecto, Watauiwineiwa no era adorado, de acuerdo a como tradicionalmente la sociedad dominante ha entendido el teísmo. Ello debido a que esta entidad estaba en todas partes, y se manifestaba en cada cosa, lugar o ser.
Entre los yagan existieron, y fueron importantes los curanderos o chamanes. Llamados Yekamush, quienes podían sanar enfermos, curar desequilibrios emocionales, e invocar a los espíritus.
El etnólogo Martín Gusinde describió como actuaba un hechicero: "(...) se dispone el hechicero a actuar mediante un largo canto, llamando en esta forma a los espíritus para que le auxilien. Nada debe molestar ni distraer su atención; prefiere verse solo con los que le piden su ayuda, los cuales se sientan o se tienden ante él. Entre cantos y suaves balanceos del tronco "va reuniendo en un determinado lugar la materia enfermiza", chupándola violentamente con sus labios. En seguida la escupe en la palma de la mano y la sopla después".
El diluvio yagan
Relata una leyenda que hace mucho tiempo la luna cayó al mar. A consecuencia de ello, se levantó la superficie, tal como se levanta el agua de un cubo, cuando una gran piedra cae dentro.
Los únicos sobrevivientes de la inundación fueron los afortunados habitantes de la Isla Gable (frente a Puerto Williams en el canal Beagle) que se desprendió del lecho del océano y flotó sobre el mar.
Pronto se sumergieron las montañas de los alrededores y los pobladores de la Isla Gable, al mirar en derredor no vieron más que océano hasta el confín del horizonte.
La isla no fue a la deriva, debió anclarse de alguna manera y, cuando eventualmente apareció la luna, emergió con su carga de seres humanos, guanacos y zorros, poblando nuevamente el mundo.