Bienvenido al Territorio Mapuche. Aquí encontrarán información relevante sobre este pueblo originario.
El Territorio contiene cuatro principales: Pueblo (Historia, Gente, Lugar), Lengua (Uso, Palabras), Costumbres (prácticas culturales, cosmovisión, Rituales) y Arte (artesanía, diseños)
Un Mapa Interactivo hace un recorrido por el Territorio en forma animada. Los profesores y alumnos encontrarán todos estos contenidos (textos e imágenes) en página única que podrán imprimir.
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El Palín es un juego comunitario que practican los mapuche con el objetivo de fortalecer la amistad entre el lonko y su lof o entre dos comunidades. Si bien el Palín es una competencia, el acento está puesto en el encuentro y la celebración, por eso se evita provocar daño físico en los contrincantes y se acompaña de ceremonias religiosas, baile y comida. Se juega en una cancha larga y angosta llamada Paliwe, la que mide aproximadamente 90 a 100 metros de largo por unos 6 a 10 metros de ancho. Para jugarlo se requiere de una bola de madera o cuero llamada Pali y un palo de unos 1,20 a 1,3O metros de longitud que se encuentra curvado en el extremo inferior, denominada Wüño.
En el centro de la cancha un representante de cada equipo, que también cumplirá la función de árbitro, hace un pequeño hoyo en el cual se ubica el Pali. Alrededor de este hoyo, los equipos se forman en hilera quedando frente e frente. Los Lonko palife (jefe de cada equipo) deben sacar el Pali. Así este comienza a ser disputado por los Palife (jugadores) con el objetivo de lanzarlo a la raya contraria, que corresponde a uno de los extremos del paliwe.
El tiempo, número de participantes por equipo y cantidad de rayas (puntaje) se acuerda previamente entre los equipos. En general se juega a 4 rayas, lo cual se denomine un Kon o kuden. El pali debe salir en los extremos (parte angosta del paliwe) para que se pueda anotar una raya.
Si el pali sale por los costados, se comienza nuevamente en el centro de la cancha. Cuando se juega entre dos comunidades, los Lonkos acuerdan las características del juego. La comunidad que invita, recibe solemnemente a sus invitados, según las enseñanzas encestrales. Para ello, se realizan rogativas y bailes en torno al Rewe (altar mapuche formado por ramas de canelo y banderas negras y blancas) para agradecer por la celebración y pedir que el juego salga bien. Cuando finaliza el Palin, sin importar el resultado, la comunidad anfitriona agasaja a sus invitados con alimentos y bebidas.
Antes de la guerra contra los españoles los Mapuche sostenían luchas tribales, usando en ellas armas como: arcos cortos, flechas, lanzas largas, hondas, bolas de piedra, mazas arrojadizas, de madera o piedra llamadas macanas.
El Pacto de Guerra se hacía en una ceremonia en la que se sacrificaba una llama negra a la cual se le extraía la sangre. En ella se sumergían las puntas de flechas y lanzas; y la carne se comía para celebrar la alianza. El grupo que ganaba la guerra se llevaba a los vencidos como esclavos o los mataban. A los jefes vencidos se les cortaba la cabeza y se ensartaba en la punta de una lanza. La victoria se celebraba en un campo abierto con un árbol de canelo Foye al centro. Alrededor de este árbol sagrado, hombres y mujeres danzaban cubiertos con pieles de animales. Bailaban, comían y bebían mucha chicha de maíz o de maqui.
De estas costumbres guerreras, en tiempos de la conquista, surgieron los Aillarewe dirigidos por un Toki. El padre Luis de Valdivia usa el término Rewe para designar al grupo local y Aillarewe -nueve rewes- para referirse a una agrupación más amplia.
La ruka tradicional tiene una sola entrada abierta hacia el Este, orientación que expresa la preferencia cosmológica mapuche por el Puelmapu (Tierra del Este) lugar donde moran las deidades. No tiene ventanas. En su interior, a los costados, se disponen las camas y al centro el kütral o fogón. El humo que inunda la casa mapuche y cuyo hollín ennegrese sus paredes interiores, sale por los güllonruka, dos abertutras dispuestas a ambos lados de la cumbrera. Al interior se disponen espacios para guardar víveres, y hay una multitud de artefactos domésticos que cuelgan del techo y paredes. Los más característicos son:
El wenku (banco), pequeño taburete labrado en un sólido bloque de madera. Cerca de la entrada, siempre estarán los witral o telares, que usan en el interior cuando el tiempo está malo y se sacan al sol en caso contrario.
La impermeabilización se hace por el humo y la grasa de los alimentos que van recubriendo la paja hasta formar verdaderas estalactitas de carbón. El fuego permanece siempre encendido en el centro. La construcción de la ruka se celebraba con una fiesta llamada rukatun en la cual se bailaba con mascaras de madera, llamadas kollón.
La familia mapuche es el núcleo fundamental de su organización social. Antes de la conquista española los pueblos del centro-sur vivían bajo un tipo de matriarcado. Los hijos llevaban la filiación y el totem de la madre (el marido debía ir a vivir con la familia de la esposa), sin embargo al momento de la conquista española, los hombres eran los jefes de familia, aunque los hijos seguían llevando el apellido de la madre.
A partir de allí se aceleró el cambio y la esposa debió ir a vivir a la agrupación del esposo, predominando desde entonces el concepto de familia patrilineal y virilocal. El totem mapuche era la representación de un antepasado común de la tribu o la familia y no un dios o representación de figura espiritual. El pueblo Mapuche no constituyó poblaciones, vivían dispersos, en familias, como en la actualidad.
Los lof que reconocían un origen común formaban un Kawin y estos a su vez al reunirse formaban un levo. Un lof constituía un conjunto de familias de un mismo totem. Los levos celebraban asambleas democráticas en las que las autoridades eran elegidas por votación libre.
Los Mapuche en su origen remoto provendrían del gran tronco étnico mongólico llegado a América miles de años a. C. Mucho más adelante se habrían desprendido del subgrupo andino. Se han formulado tres hipótesis acerca del origen de los Mapuche: 1. Menghin (1909) propone un origen amazónico .Es posible que, por ciertos rasgos concordantes de su cultura, hubieran partido de un subgrupo de la Amazonía, andinizado posteriormente. 2. Latchman, en 1924 postula que accedieron por los pasos andinos desde el territorio argentino actual, como un grupo étnico y cultural foráneo que se introdujo en el país como una cuña entre pikunches y williches, instalándose en la zona entre los ríos Bío-Bío y Toltén. Actualmente esta tesis ha caido en el olvido debido a que los hallazgos arqueológicos lo desmienten, especialmente el tipo de cerámica. Hay una clara influencia de atacameños y diaguitas (del norte) en la cerámica mapuche. En Tirúa y Pitrén se han encontrado restos cerámicos que así lo confirman. 3. Guevara en 1925 fundamenta el desplazamiento de Norte a Sur. Existen, también, evidencias arqueológicas y etnográficas de afinidad con la cultura de Tiwanaku.
Fuentes: Horacio Zapater. Los aborígenes chilenos a través de cronistas y viajeros. La organización Social y las creencias religiosas de los antiguos araucanos (R. Latcham) / Estudios de Prehistoria araucana (O. Menghin). /Historia de Chile... T. Guevara.
Respecto de la vinculación del Mapudungun con otras lenguas, existen diversas teorías.
Según la clasificación estándar, la lengua mapuche pertenecería a la subfamilia araucana del grupo andino, correspondiente al tronco andino-acuatorial.
Para autores como Tovar (1961), el mapudungun forma parte del tipo II del grupo andino, pero estaría junto a lenguas como el quechua, aymara, aonikenk (tewelche), sel'knam (ona), y el yagan (yagan).
Louisa Stark (1970) lo vincula con la lengua maya.
Payne en 1984, plantea un parentesco entre el Mapudungun y las lenguas de la familia arawak, del grupo ecuatorial, correspondiente al tronco andino-ecuatorial.
El sistema numeral (rakiñ) de los mapuche es decimal,
y cada palabra corresponde a una unidad:
1 kiñe
2 epu
3 küla
4 meli
5 kechu
6 kayu
7 regle
8 pura
9 aya
10 mari
17 mari regle
23 epu mari küla
46 meli mari kayu
100 pataka
1000 waranka
El sistema fonético del mapuche consta de seis vocales: a, e, i, o, u, ï, tres semiconsonantes: y, w, g; y 18 consonantes: c, o, f, k, l, a, m, n, n, p, r, s, t, t, tr.
La pronunciación de las vocales es la siguiente:
a es similar a la a castellana en aro;
e es similar a la e castellana en eso
i es similar a la i castellana en hipo,
o es similar a la o castellana en osa;
u es similar a la u castellana en uso.
La sexta vocal ï, es desconocida en castellano, y se puede pronunciar como una u pero con los labios puestos en la posición de una i.
Los verbos mapuche tienen la particularidad de expresar varias personas interactuantes entre si. Por ejemplo:
leli-n: yo miré
leli-e-n: tú me miraste
El Nquillatún es una ceremonia en la cual se congregan varias comunidades con el objeto de obtener buenas cosechas, o bien para ahuyentar calamidades como sismos, mal tiempo, erupciones volcánicas, etc.
También se realiza para evitar y curar epidemias y enfermedades.
Esta ceremonia consiste en el sacrificio de un animal criado especialmente para este efecto. Se enciende un fuego sagrado y se planta un rewe (árbol sagrado). Se baila y canta en torno a él.
Según la importancia de lo que se pide, el Nguillatún dura de uno a más días.
En cada uno de ellos se sacrifica un nuevo animal.
Pascual Coña, cacique mapuche, describe así este ritual:
«... El cacique principal suele matar dos animales vacunos, cuatro ovejas, un caballo y un chancho (...) Cada uno de los comprendidos en la colectividad organizadora beneficia animales (...) Luego grita ¡ooo! y mete sus dedos en el vaso con sangre, rocia hacia arriba y suplica: ¡Aquí estás padre, Cielo azul, Aplastador del río (...) tú nos has criado; (...) danos abundante sustento, toda clase de productos del campo, (...) senos propicio y ten compasión, nos mandarás otra vez sol y lluvia, me piden mis corderos, dirás de nosotros, Ooom... !»
Más adelante señala: «Convienen en practicar en ese día los ritos preparatorios y plantar el árbol sagrado (rewe) en el lugar destinado a la fiesta...»
« Luego todos ensillan sus caballos: los caciques, los mocetones, la juventud y las mujeres; todos se van al lugar de la fiesta, llevan a la machi para que toque un corto baile. Cuando está erigido el rewe, anima el oficiante: ¡Ya! hacemos un baile en honor a nuestro rewe; que toque la flauta; ¡la caja, machi! (...) Ahora empiezan a bailar estruendosamente dando vueltas alrededor del rewe (...) Mientras lo ejecutan, profieren súplicas como lo hicieran antes con la sangre...»
La larga y detallada descripción concluye con:
« Otra vez ordena el nguenpín: ¡acérquense los invitados, fórmense los mocetones; ligero, ligero (...) Eso es alistaos señoras, hijos; apurémonos; el día ya declina! (...) Se juntan junto al rewe y luego dicen: Ya bailemos... la danza se mueve alrededor del rewe, dos hombres llevan, durante el baile, uno la bandera blanca y otro la negra.
Finalmente dice a los invitados: Bueno pues, hoy se llevó a cabo nuestra fiesta en la que habeis tomado parte; la fiesta del año siguiente corre por cuenta vuestra...»
Esta ceremonia es la que se realiza para la curación de las enfermedades. La ejecuta la Machi que, en la actualidad casi siempre es mujer. Ella recibe a través de sueños las enseñanzas ancestrales y el poder de influir sobre la naturaleza de las enfermedades y otros fenómenos naturales.
El viajero E. R. Smith (mediados siglo XIX) la describe así:.
«Cuando se recurre a un machi, este hace su visita al amanecer, porque es la más precisa para sus manejos ...
El enfermo se tiende de espaldas en medio de la ruca y echan afuera a todos los parientes o se sientan vueltos hacia la pared. Después de examinar los síntomas de la enfermedad, el machi principia una larga ceremonia mágica que consiste en un canto monótono acompañado por el golpeteo de un pequeño tambor, formado de un cuero de oveja estirado sobre un aparato de madera.
Se excita, haciendo gestos y contorsiones violentas hasta que cae de espaldas como en ataque epiléptico, con los ojos vueltos hacia arriba, la espuma saliendo de la boca y el cuerpo agitado por convulsiones... y yace en el suelo como muerto, por mucho rato. A esta señal, unos jóvenes desnudos y pintados de una forma que causa espanto, montan a caballo sin montura, y corren furiosamente alrededor del rancho, llenando el aire con sus alaridos y gritos. Llevan antorchas que agitan sobre sus cabezas y blanden lanzas para espantar los malos espíritus que se supone están en acecho para dañar al enfermo.
Cuando se recobra de su ataque, el médico declara la naturaleza de la enfermedad y procede a administrar los remedios al paciente. Manipula al mismo tiempo la parte del cuerpo afectada, hasta que puede extraer la causa del mal, que exhibe con demostraciones de triunfo. Ésta generalmente asume la forma de una araña, un sapo u otro bicho que el machi ha tenido escondido».