Algunas fuentes históricas citan a los kallawayas como los primeros en hacer uso de la corteza seca del árbol de cinchona, fuente de la quinina, y utilizada durante muchos años para prevenir y controlar la malaria y otras enfermedades tropicales. Asimismo, el principal alcaloide de la coca, la cocaína, fue una de las primeras substancias anestésicas tropicales utilizada por los kallawayas y luego adoptada por la medicina moderna.
Entre las plantas que crecen en la provincia de Bautista Saavedra y las enfermedades para las cuales se han utilizado se encuentran:
kantuta roja, flor nacional boliviana, roja con amarillo y verde en forma de campana, que crece en los altos valles de Los Yungas. Las hojas, frescas o secas, se hierven en agua y luego se utilizan como cataplasma para curar abscesos o tumores. También, después de remojar las hojas frescas en agua limpia durante tres o cuatro horas, el líquido puede utilizarse para lavar los ojos inflamados.
Espino (Colleita spinosissima), un tipo de cardo que crece en los altos valles de las regiones de Charazani y Chajaya. Los tallos frescos se muelen con otras tres plantas
Copal, de la región tropical de Caranavi, incienso de Los Yungas, y wairuru de la región de Santa Cruz y se utilizan para hacer yesos para inmovilizar fracturas y lesiones. La corteza hervida se utiliza en la preparación de un baño sudorífero para aliviar dolores reumáticos en las articulaciones. La corteza molida remojada en alcohol, se utiliza como tónico para el tratamiento de la anemia.
Perlilla (Dalea weberbaueri), que crece en los altos valles de las regiones de Charazani y Cruzpata. Las hojas hervidas, frescas o secas, se han utilizado para tratar la viruela y el sarampión. Molidas y mezcladas con grasa de cerdo sin sal, se utilizan para quemar verrugas.
Diente de león, que crece en las zonas húmedas de los valles altos. La infusión de hojas frescas se utiliza para tratar la acidez estomacal. Las hojas frescas, tallos y raíces se utilizan como diurético. Las raíces secas se aplican a las heridas para ayudar a sanarlas.
Los kallawayas
La provincia de Bautista Saavedra, al norte del lago Titicaca, abarca 2.525 kms2 de territorio kallawaya. Allí, los venerados curanderos viven con sus familias en aldeas como Curva, Chajaya, Chari, Inka, Huata Huata y Pampablanca. Desde esta solitaria región andina del noroeste de Bolivia, los kallawayas han viajado hasta partes de Perú, Argentina, Chile, Ecuador y Panamá. Con su chuspa, una colorida bolsa tejida llena de hierbas, y la bendición de los dioses aimara de la época preincaica para protegerlos en su viaje y proporcionarles un retorno seguro, recorren los antiguos senderos inca atravesando el árido altiplano y descendiendo hacia los llanos tropicales.